lunes, 30 de agosto de 2010

Tríptico místico


I
Exorcismo


Entre el ronroneo de las teclas
Se mezclan mis fantasmas.
Cuando se desvanecen
El cuaderno me sangra
Con una sabia negra
Y morada.

Antes de retirarse
Estos fantasmas
Forman fila- ¡Y es larga! ¡Cuántas horas le quedan
A esta madrugada!-
Cada uno se acerca,
Cuenta su historia,
La cuenta en un susurro de bandoneón:

“Yo soy la oscuridad
Y las alturas
Soy ese cine
Que te aterra y fascina,
La pared que se acaba,
El perro policía,
Y soy decir mentiras
Y tarde sin jugar”.

Y otro más allá:
“Yo soy el llanto,
La burla y las tormentas.
Y soy un grupo
De amigos que se alejan.
El dolor de crecer,
La gente extraña,
El olor a anestesia,
La vida sin colores
De princesa…”

Y un último-¡Ay de mí!-
Que aún resuena:
“No puedes,
No puedes,
No puedes;
No eres perfecta…
Yo soy tiempo perdido,
La muerte sin el Cielo,
Vacíos en los puentes…
La ciudad pestilente,
La burla de la gente,
Y El no saber decir…
La soledad…”

II
Un lugar para mi pluma


Si pudiera, entre el ruido
Encontrar un lugar
Donde dejar mi pluma,
Ensangrentada y pobre, y mortal.
Si pudiera dejarla descansar,
Y darle una razón mejor para llorar…
Tal vez encontraría allá mismo
Una mejor palabra que cantar…


III
Belén


Escondo mi mano en la tuya
Y siento otra mano
Escondida en la mía,
Una pequeña mano luminosa
En el frío de la huida…

Y son las mismas manos que -¡ay!- mañana
Sangrarán con dulzura cada yaga
- Porque algo en las palabras
y algo en la mirada
del Ángel lo predijo a
mi corazón de madre -.

Pero hoy tiembla y llora
Y lo miras con ternura
Y de sus manos llega
Música sin posible partitura.
Guardabas una cuna
Tallada por tus manos
Para dársela al niño…
Y nos aguarda en casa…
En casa…
Siento algo de cansancio
Y tú con la mirada
Me dices: “Sigue, hermosa,
Sigue y calla
Que tu silencio es mejor regalo
Aún que el de los Magos.”
Me dices “sigue, hermosa,
Sigue y calla.
¿No ves que a cada paso este niño
Renueva todo el mundo,
Desde tus manos?”

Cuando él tiembla me abrazas
Con esas manos ásperas
-¡Qué dulce es la madera
Cuando la saben transformar en alma!-
Y comprendemos juntos
Que poco comprendemos,
Pero amamos…

Anochece el camino,
Mas, ¿Qué importa?
¡Si llevamos la luz de la mañana!
Y aún huyendo- ¡Misterio!-
Soy feliz, sé que tengo un lugar:
Yo amo, y soy su madre,
Yo amo, y soy tu esposa…
Yo amo, y soy su creación…